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La baja del riesgo país más exitosa de la historia se explica por 6 factores

En la jornada financiera de este viernes, el gobierno del presidente Javier Milei logró perforar la barrera psicológica de los 1.000 puntos básicos de riesgo país, algo impensado el 10 de diciembre pasado, cuando asumió su mandato y ese valor llegaba a los 1.900 puntos.

Milei consiguió mejorar la percepción del mercado sobre la solvencia soberana, que llevó al riesgo país a un piso de 967 puntos básicos este viernes, por debajo de las 1.000 unidades por primera vez desde el 9 de agosto de 2019 -la previa de las PASO presidenciales-, cuando el indicador contabilizó 860 puntos.

Pero no solo eso, sino que si analizamos la serie histórica del riesgo país elaborada por J.P. Morgan, no hay registro que muestre en una baja similar del riesgo en 10 meses, y menos en la primera etapa de un nuevo Gobierno.

El próximo número histórico a batir por el Gobierno de Milei son los 580 puntos del 5 de octubre del 2000, cuando renunció Carlos Chacho Álvarez como vicepresidente de Fernando De La Rúa en el Gobierno de la Alianza.

Una baja del riesgo como la actual implica, entre otras cosas, la posibilidad para el Gobierno de colocar un bono del Estado en los mercados finacieros internacionales para financiarse y, además, la opción de las empresas privadas de tomar créditos y colocar bonos en los mercados internacionales de capitales, algo que el año pasado no se podía hacer.

Las 6 causas que explican la fuerte baja del riesgo país

Entre las causas que sirvieron para reducir el riesgo país desde julio pasado, se destacan las siguientes:

1) La consolidación del deficit cero o el mantenimiento de un superavit fiscal y financiero en los primeros 9 meses del año, algo nunca visto en los últimos 114 años de la historia económica argentina.

Este es, probablemente, el dato que se sigue más en detalle en los mercados. Es la señal de solvencia del Gobierno para honrar la deuda y que explica, en buena medida, por qué los bonos en dólares de Argentina promedian una ganancia de 60% en 2024.

2) Las compras de dólares del BCRA en octubre como producto del programa de «emisión cero» puesto en práctica desde julio y del blanqueo de dólares, que lanzó el Gobierno. La autoridad monetaria lleva en octubre compras netas de dólares en el mercado de unos u$s1.200 millones, una cifra muy alta para esta etapa del año por la estacionalidad del comercio exterior.

3) El aumento de los depósitos en dólares producto del blanqueo que muestra un sostenido crecimiento de los depósitos en dólares (por encima de los u$s31.000 millones y cerca de los máximos de 2019), por la aceptación del blanqueo de capitales, un síntoma de la recuperación de la confianza en las política económica. Este aumento se tranforma en incremento de las reservas internacionales brutas del BCRA, que sirve para lograr en el futuro la eliminación del cepo cambiario.

4) La garantía futura del pago de los bonos por parte del Gobierno. El ministro Luis Caputo confirmó en una entrevista a Financial Times que la Argentina consiguió un préstamo de casi tres años con bancos privados, en formato REPO, para afrontar el pago de capital de deuda pública a bonistas en enero. Caputo aseguró que «si las tasas de interés lo permiten», buscará volver a los mercados internacionales de crédito para refinanciar los vencimientos de enero próximo.

Este último paso es clave ya que en el futuro, si hay una economía abierta y en crecimiento, se necesitará que el Gobierno refinancie los vencimientos en lugar de pagarlos «al contado», como viene haciendo hasta ahora, lo que impidió un crecimiento significativo de las reservas del Banco Central, en torno a u$s29.000 millones, aún con compras oficiales en el mercado de cambios por más de u$s18.000 millones desde diciembre del año pasado.

5) Los préstamos en dólares de organismos multilaterales. La buena sintonía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se evidenció en las últimas horas, después de la entrevista entre el ministro Caputo y la directora de la entidad, Kristalina Georgieva. El alto riesgo país de la Argentina, si lo comparamos con países como Uruguay, Brasil, Chile y Paraguay, impide emitir nueva deuda en los mercados internacionales. Además, tiene un papel muy importante el crédito en moneda extranjera que el Gobierno pueda obtener de los organismos multilaterales.

El Banco Mundial y el BID van a otorgar financiamiento por u$s8.800 millones, de los cuales se espera que unos u$s2.000 millones serían otorgados antes de fin de año.

6) El «visto bueno» del GAFI. El plenario del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) anunció el jueves pasado en París que la Argentina no cayó en la «lista gris» en materia de lucha contra el lavado de dinero y el terrorismo. El organismo aprobó el Informe de Evaluación Mutua, lo cual fue festejado por el Gobierno de Javier Milei.

La declaración habilita a inversiones de compañías extranjeras que, de integrar Argentina la «lista gris», hubieran estado vedadas de operar por las restricciones legales de sus países de origen.

El riesgo país, una referencia para los inversores que miran a la Argentina

Lo cierto es que en los últimos días la baja del riesgo país cobró mayor relevancia por la forma tan abrupta de la reducción.

El indicador de JP Morgan es una referencia para los inversores y, en términos sencillos, mide la diferencia de la tasa de los bonos del Tesoro de los EE.UU. con las emisiones de deuda de países emergentes.

En el caso de la Argentina, el riesgo país llegó a romper la barrera de los 7.000 puntos en el año 2002, en medio de la crisis por el colapso de la convertibilidad, el «corralito» de depósitos, la mega devaluación del peso, el default soberano declarado en diciembre de 2001 y que luego continuó hasta febrero de 2005, junto con la pesificación asimétrica.

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En 2019 el riesgo país subió a 2.546 tras la victoria de Alberto Fernández

En años recientes, el riesgo país doméstico llegó a superar los 4.000 puntos básicos en marzo de 2020, cuando en el mundo se empezaron a aplicar restricciones por la pandemia que hundieron a la economía global, a la vez que el gobierno de Alberto Fernández se encontraba negociando una reestructuración de deuda con acreedores privados, que recién se concretó en agosto de aquel año, lo que llevó al riesgo país a los 1.100 puntos.

Con la baja del jueves, se había equiparado al registro del 11 de septiembre de 2020, pero con la de ayer se confirma el registro más bajo en los últimos cinco años.

El 10 de septiembre de 2020, el día que Martín Guzmán realizó el canje de la deuda, el cambio de los viejos bonos por los nuevos hizo que en pocas horas se pasara de un riesgo país de 2.147 puntos a uno de 1.083, aunque ese mismo día cerró en 1.104.

En 2019 llegó a tocar los 629 puntos en la primer parte del año y subió a 2.546 tras la victoria de Alberto Fernández.

En 2020 la pandemia hizo que en marzo, cuando el mundo estaba convulsionado por el parate que ocasionaba el Covid sobre el comercio global, el indicador escalara a 4.519 puntos. A medida que las economías se iban reactivando, el riesgo país bajó en todos los países periféricos y lo mismo ocurrió con Argentina.

Finalmente el canje de deuda que llevó adelante Martín Guzmán y que consiguió una alta adhesión, hizo que bajara a la zona de los 1.100 puntos. Pero esa calma duró poco y, a las pocas semanas, pasó a 1.500 puntos hasta tocar los 3.000, tras la salida de Guzmán del ministerio de Economía, en julio de 2022.

Con Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, el riesgo promedió los 2.500 puntos. Y cuando comenzó la gestión de Luis Caputo marcaba 1.935 puntos.

El riesgo país refleja el nivel de desconfianza de los inversores sobre las chances de cumplimiento del pago de la deuda. A niveles altos, más incertidumbre y menos posibilidades de que el país pueda tomar deuda nueva. Con un riesgo país como el actual, Argentina debería endeudarse a una tasa no menor a 16% en dólares, algo impagable.

El riesgo país en 967 puntos quintuplica el registro de Uruguay y cuadriplica el de Brasil. Para lograr valores aceptables debería mantenerse abajo de los 700 puntos, un registro que se alcanzó, con picos y valles entre 2006 y 2019.

Más dólares por blanqueo y menos riesgo país: ¿la semana más exitosa del Gobierno?

Con esta baja del riesgo país, el Gobierno cierra probablemente la semana más exitosa de su gestión en términos financieros, coronada por la decisión el Fondo Monetario de recortar las sobretasas, lo que le permitiría a Argentina ahorrarse u$s3.200 millones.

Los mercados tomaron cuenta del blanqueo y el BCRA comprando dólares y siguió bajando la brecha 22%, comprando Lecap (3.9%) y demandando bonos y acciones.

«Para el corto plazo, el impacto del blanqueo debería aflojar, quitándole impulso a los bonos y a la baja del dólar», señala la consultora FMyA.

También sostiene que «para que siga el rally, el efecto blanqueo deberá ser compensado por el inversor que vea que el Plan Económico es consistente, que puede conseguir financiamiento hasta octubre de 2025, aun sin salir del cepo, y que el apoyo de la calle se sostiene».

Para regresar a los mercados internacionales en forma no forzada, el Gobierno de Milei necesitaría un riesgo país cercano a los 500 puntos básicos para emitir deuda en dólares por debajo de 10% anual de tasa, si se tiene en cuenta que la base de comparación, la del bono del tesoro de los EE.UU. a diez años alcanza hoy 4,126% anual.

No hay que olvidar que hubo que acudir a un acuerdo con el FMI en mayo de 2018 debido a la dificultad para afrontar el calendario de pagos con acreedores privados, tras haber emitido en enero de ese año bonos en dólares.

En cuanto a los bonos, las tasas de rendimiento de estos activos se mueven en sentido inverso a su precio de mercado. Cuanto más fragil es la economía de un país, más baratos son sus bonos públicos -vía de financiamiento de los gobiernos- y, por lo tanto, estos países deben ofrecer un mayor rendimiento por su deuda para que los fondos de inversión estén dispuestos a asumir el riesgo Inversor.

Lo concreto es es manifiesta la voluntad de Milei y sus ministros por mantener el superávit de las cuentas públicas, que lleva diez meses consecutivos.

«En Argentina, la firme implementación del programa está ayudando a restaurar la estabilidad macroeconómica», señaló el último informe Perspectivas Económicas de las Américas, difundido por el FMI. De la lectura del documento surge que Argentina se trata del único país de América del Sur con superávit fiscal del Gobierno este año, pero también es el único que registra un superávit financiero que ninguno de esos países puede mostrar.

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