InicioSociedadCentral se propuso ganarlo en La Plata y lo hizo con buen...

Central se propuso ganarlo en La Plata y lo hizo con buen fútbol y una diferencia de tres goles

Central lo quería y jugó como para merecerlo. Se debía un triunfo, peo en lo posible en la forma en la que lo consiguió. Porque el 3-0en La Plata sobre Gimnasia hay que enmarcarlo en lo mejor que hizo el Canalla en el semestre, con ganas, astucia y una cuota de fútbol que hasta aquí no había exhibido.

Un primer tiempo de lujo al que sólo le faltó algo de puntería. Un complemento que servirá para corregir cosas, pero que también para ponerle la rúbrica a una victoria contundente, que le imprime potencia en las dos tablas en las que viene luchando.

Si le daban a elegir, Central no podía pedir un arranque de partido como el que tuvo. Iban apenas 50 segundos cuando Di María hizo usufructo del pase hacia atrás de Seoane, eludió a Insfrán pero se le abrió demasiado y el remate se fue ancho.

Iban tan sólo dos minutos cuando Fideo alargó para Copetti, llegó el centro bajo y Veliz la empujó debajo del arco. Golpazo que pegaba el Canalla en ese amanecer, lesión de Giampaoli mediante.

Empezó a ganarle a Gimnasia desde el vestuario

Central lo salió ganando desde el vestuario. Así como suena. Y lo más importante es que lo empezó a jugar como debía: haciendo pesar la diferencia, marcando una supremacía futbolística llamativa, con una sincronización en sus movimientos que iba en contraposición de ese desaguisado futbolístico que era Gimnasia en medio del tempranero reproche de sus hinchas.

>>Leer más: Quintana duró solo ocho minutos

El único contratiempo que sufrió el Canalla en ese primer tiempo fue el golpazo en la cabeza de Quintana (y la torcedura de tobillo izquierdo) y su reemplazo inmediato. El resto, fue todo viento en popa, con muchas cosas buenas y otras no tanto, como la falta de eficacia. Porque fue un primer tiempo para cerrar el partido.

Komar no llegó en un tiro libre de Di María; en la siguiente Veliz no pudo primero y Campaz después; tampoco Alejo llegó a empujarla tras el pase al centro de Campaz (Insfrán había salido a cualquier parte); a Copetti le faltó una milésima de segundo para llegar antes que Insfrán en el centro de Campaz; y al colombiano el arquero se la tapó contra el palo izquierdo.

Con la conducción de Di María

A todo eso Central llegaba porque Di María conducía, porque Malcorra acompañaba, porque Copetti se exigía por derecha, porque Campaz complicaba por izquierda, porque la salida era limpia también con Ibarra. Todo eso iba dándole forma a los mejores 45 minutos de Central en el torneo.

Pero fue esa enorme superioridad y la falta de eficacia en la definición la que hizo que ese Central entonado se marchara al vestuario con apenas un gol de diferencia frente a un Gimnasia apático, aturdido, confundido, contrariado, pero que sabía que pese a todo ello estaba a un solo gol de distancia.

El ímpetu que Gimnasia le puso después hizo que los lamentos en el Canalla se potenciaran. El Lobo no era una máquina, pero desde las ganas era otro equipo. Central también era otro, mucho más atado, sin la fluidez del inicio.

>>Leer más: El uno x uno de Central ante Gimnasia: Ángel Di María fue otra vez el dueño de la pelota

Un golpe por golpe peligroso

Y así empezó un golpe por golpe peligroso para el equipo de Holan que tomó algo de aire a los 15’ con la doble amarilla de Corbalán. Ya un tanque de oxígeno fue lo que recibió Central en el gol anulado a Merlo (por empujón sobre Coronel). Porque era un cachetazo fuerte, que no merecía, pero que le hacía pagar la falta de puntería anterior y que hacía extensiva en ese mano a mano de Cantizano primero y el remate de Malcorra después (ambas desbaratadas por el arquero Insfrán).

Holan movió el banco antes de un córner y uno de los que ingresó fue Enzo Giménez, quien en la primera puso la cabeza tras el lanzamiento de Angelito. Una especie de final cantado que se potenció minutos después con el zurdazo goleador de Fideo.

>>Leer más: Ángel Di María: «La gente de Gimnasia no merecía que festeje el gol»

Poco importó el gol anulado a Veliz porque la misión ya estaba cumplida. Central ya tenía los bolsillos llenos de plata, graficados en esos tres puntos que vino a buscar a La Plata y que, con absoluta justicia, se llevó.

Más noticias
Noticias Relacionadas