Un nuevo estudio realizado por expertos de la Universidad de Flinders (Australia) alerta sobre esta combinación.
Quienes padecen apnea obstructiva del sueño (AOS) se caracterizan por presentar fuertes ronquidos, a la vez que su respiración se ve interrumpida y suele detenerse en la noche, lo que obliga a despertarse varias veces. Esto, además de causar somnolencia excesiva, también puede aumentar el riesgo de hipertensión arterial, accidente cerebrovascular, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.
Pero, además, según un importante estudio realizado desde la Universidad de Flinders (Australia) y publicado en European Respiratory Journal, durante las olas de calor hay un aumento de personas que padecen este tipo de apnea. En tal sentido, los investigadores destacan que sus hallazgos son particularmente importantes debido a que las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas por el cambio climático.
El estudio
Los investigadores analizaron datos de 67.558 personas en 17 países europeos, quienes utilizan regularmente sensores de sueño bajo el colchón. Estos sensores registran patrones de sueño, ronquidos, apneas (pausas en la respiración) y frecuencia cardíaca. A su vez, el 79% de los participantes fueron hombres con una edad promedio de 52 años.
Tras analizar los datos durante cinco veranos europeos (desde enero 2020 a septiembre 2024), compararon la ubicación de cada participante con las temperaturas nocturnas locales y así evaluaron el impacto de las olas de calor. Durante el período analizado se presentaron dos o tres olas de calor por año, las cuales duraron cuatro o cinco días cada una.
Allí se descubrió que el riesgo de padecer AOS de moderada a grave aumentaba un 13% con el pico de una ola de calor y, por cada aumento de 1°C en la temperatura nocturna durante una ola de calor, la prevalencia de AOS de moderada a grave aumentaba 1,1%. El riesgo se acrecentaba con la humedad también alta.
«Nuestros resultados muestran que, durante las olas de calor de verano, la apnea obstructiva de sueño se volvió más frecuente y grave. La AOS debería considerarse ahora junto con otras enfermedades crónicas agravadas por el cambio climático. Las olas de calor no solo son incómodas, sino que pueden afectar directamente nuestra respiración y sueño», señalaron.
Estos efectos pueden ser similares en otras partes del mundo, e incluso pronunciados en regiones con climas más cálidos u olas de calor más frecuentes. Sin embargo, factores como la calidad de la vivienda, acceso a aire acondicionado, podrían influir en la gravedad del impacto.
El empeoramiento de la AOS
Los investigadores se embarcan en un nuevo estudio para indagar cómo las noches calurosas afectan la respiración durante el sueño, por qué la AOS empeora y si las estrategias de enfriamiento o cambios de comportamiento podrían ayudar a reducir el impacto.
«La apnea obstructiva del sueño es una afección común que puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, pero muchos pacientes no se dan cuenta de que tienen un problema», aseguraron.
Y concluyeron: «Este hallazgo resalta la importancia de prepararse para las noches calurosas, por ejemplo, usando ventilación y bebiendo abundante agua, especialmente quienes padecen trastornos del sueño. También sugiere que es probable que la AOS se vuelva más común y grave a raíz del calentamiento global».
EuropaPress
