En un contexto económico en el que el Fondo Monetario Internacional impone sus reglas de hambre y ajuste, el gobierno de Javier Milei incrementa el nivel de represión y avanza contra las libertades democráticas, utilizando los decretos y leyes que la ministra de “Seguridad Nacional” Patricia Bullrich aplica para justificar la criminalización de la protesta y la violencia policial.
La historia de Hugo Eischler y su hijo Lucas se inscribe en este marco y son ellos mismos quienes se encargan de reflexionar sobre lo vivido. El año pasado, en Caseros, el primero fue reprimido y detenido por la Policía Bonaerense mientras reclamaba junto a otros jóvenes justicia por un compañero de Pedidos Ya asesinado. El pasado miércoles 6 de agosto, frente al Congreso, el segundo fue reprimido y detenido por la Federal, junto a otros miembros de hinchas autoconvocados de Chacarita que acompañaban a las jubiladas y los jubilados.
Ambos son de San Martín (norte del Gran Buenos Aires), aunque Lucas vivió varios años en Bella Vista y hace siete volvió a su ciudad. Hugo tiene 57 años, 32 más que su hijo. Pero la diferencia generacional no les impide reencontrarse en el ámbito laboral. Desde distintos campos, los dos trabajan en el sector de la salud como acompañantes terapéuticos (AT). Uno cuida personas mayores y es operador técnico en adicciones. El otro, operador técnico en adolescencia.
Hugo es hincha apasionado de Chacarita y parte del grupo fundador de los “autoconvocados” que acompaña a las y los jubilados cada miércoles en sus protestas frente al Congreso. Lucas es de Boca y su pasión trasciende el campo de juego, ya que fue su abuelo paterno quien hace muchos años supo convercerlo y ganar una disputa de influencias.
En esta conversación con La Izquierda Diario, padre e hijo comparten el profundo vínculo que los atraviesa en el tiempo y cómo sus pasiones fueron las vías desde donde lograron expresar las denuncias y los agravios; que no les saben como propios, sino que son parte de lo que viven las mayorías populares en Argentina.
Detenciones arbitrarias
Para quienes no los conocen, ¿quiénes son Hugo y Lucas?
Hugo- Vivo en San Martín desde siempre. Vivir acá te da una identidad, un sentido de pertenencia propio del Conurbano, como que se siente más el arraigo por tu lugar. Y vivo estos momentos políticos en un alerta constante. Si pienso en las burradas que dice el presidente Milei, nada tienen que ver con el laburante de a pie. Los trabajadores que vivimos el día a día sabemos de la angustia por no llegar a fin de mes o no poder comprar un regalo para mi nieta. Como hincha de Chaca soy de los que nos cansamos de ver por televisión cómo les pegaban a nuestros abuelos. Y cuando vimos que reprimieron a Carlitos (Carlos Dawlowfki, NdR), con su banderita de Argentina, nos juntamos el 5 de marzo y desde ahí seguimos yendo cada miércoles.
Lucas- Me une a mi viejo una historia familiar muy grande. La vida supo unirnos nuevamente y acá está mi papá presente. Lo amo mucho. Tengo una hija de cinco años, Guillermina. Además de ser acompañante terapéutico trabajo en Pedidos Ya. Tengo tres trabajos y es un garrón porque hasta hace unos años era gastronómico, salía y me iba a estudiar. Hice tres años de la carrera de Trabajo Social en la UNLU, en San Miguel. La situación del país me llevó a tener tres empleos y no poder seguir estudiando, aunque quise meter materias. Por ahora lo tengo en pausa porque tengo que llegar a fin de mes.
Una pausa interrumpe la charla. No podía ser de otra manera. Hugo relata el encuentro, hace dos miércoles, con Jonathan Navarro en las inmediaciones del Congreso, luego de aquel fatídico 12 de marzo donde un disparo le produjo a éste (también hincha de Chaca) la pérdida de la visión de su ojo izquierdo. Este diario entrevistó a Navarro en abril. En medio de la conversación un ida y vuelta de mensajes de voz y saludos fraternales se escuchan en la mesa.
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Hugo Eischler y Jonatahan Navarro en Plaza Congreso
Ustedes fueron detenidos en distintos lugares y circunstancias. ¿A vos qué te pasó Lucas?
– Lo mío pasó el año pasado, a fines de mayo. El contexto fue que mataron a un pibe de Pedidos Ya en Caseros, en un supuesto robo. Nosotros a esa altura ya estábamos en un grupo de Whatsapp donde nos mandábamos mensajes para cuidarnos entre nosotros, por distintas problemáticas que hacían a nuestro trabajo. Habíamos tenido una reunión con la Municipalidad que no quedó en nada. Cuando pasó esto nos organizamos con los chicos de Villa Ballester para ir a la comisaría de allá porque además había detenidos. Pero la Policía Bonaerense tenía todas las calles cortadas porque el día anterior hubo un lío en Caseros. Nosotros sólo queríamos reclamar por justicia, así que vinimos para San Martín y cortamos Ruta 8 pidiendo justicia por el pibe. Solamente cortamos una parte y dejamos pasar a los autos por el costado. En ese momento dijeron que habíamos tirado una piedra. Nada que ver, era una manifestación para saber qué pasó. Ahí arrancó un cacería con toda la violencia a full. Los pibes empezaron a irse con las motos. A mí no me agarraron en esa corrida porque me había alejado. Me llegaron pedidos y empecé a laburar.
¿Y cuándo te detuvieron?
En eso veo que se estaban llevando a un compañero de trabajo que estaba con la señora, tranquilo. Me quedé ahí en la esquina para ver cómo seguía todo porque no estaba haciendo bardo ni nada. Entonces vi venir no sé cuántas motos y me agarraron por la calle San Lorenzo. Les mostré que estaba trabajando y me llevaron igual a la Comisaría Primera de San Martín. Me secuestraron la moto. Éramos como ocho en un calabozo super pequeño. No permitieron que nos trajeran comida ni hacer llamados. Hubo chicos que estaban lastimados, gaseados y sin atención médica. Había un abogado ahí que nos pidió banda de plata para defendernos. Yo no tenía. Pasamos diez horas encerrados en ese calabozo. Me quedó una causa por resistencia a la autoridad.
¿En tu caso, Hugo, cómo fué tu detención?
– Primero quisiera aclarar que no somos de ninguna barra brava ni de ninguna facción de nada. Menos aún nos manda algún político, como dijo Patricia Bullrich desde aquel 12 de marzo que salió por los medios a mentir mientras teníamos a Jonathan Navarro y Pablo Grillo heridos por la represión. Lo mío pasó el 6 de agosto. Como cada miércoles, estaban los jubilados haciendo la ronda en Avenida Rivadavia. Un grupo de la Policía Federal que venía de Avenida de Mayo nos dejó pasar a nosotros, todos identificados con las camisetas de Chacarita. Pero cerraron del otro lado, hicieron como un cerco y nos mandaron las motos. Fue una emboscada. Nos detuvieron a puro golpe, gas lacrimógeno y todo lo que se te ocurra. Nos metieron en un camión y nos llevaron a la alcaldía de Zabaleta. Enseguida vinieron los abogados de derechos humanos. Nos llevaron a siete personas por apoyar a los jubilados, como viene pasando últimamente.
¿Y a ustedes de qué los acusan?
– En la audiencia por videollamada que tuvimos al otro día el fiscal nos acusó de “resistencia a la autoridad” y de “arrojar objetos contundentes” contra el personal policial. Incluso a uno de los pibes que conocimos ahí mismo lo acusaron de tirar gas pimienta. Yo no sabía si reirme de lo burdo que era todo. ¡Era ridículo! Si levantás la mano y se te vienen cuatro o cinco, te tiran al piso y te empiezan a pegar. Además están las fotos y los videos. Con nosotros creo que debutaron esas pistolas pinball. De terror, porque te pica y arde toda la piel y queda en la ropa. Estuvimos ahogados en ese camión hasta que nos bajaron de a uno recién a la una de la mañana. Nos liberaron recién al otro día pasado el mediodía.
Momento de la detención de Hugo Eischler el 6 de agosto en Plaza Congreso | Foto Enfoque Rojo
“Hay que seguir manifestándose en las calles”
¿Qué piensan de todo eso que les pasó?
H- Lo que pienso es que Milei va por todo y no le importa nada. Está como en un camino mesiánico, es preocupante y tenemos que estar muy alertas. Y no es sólo el Gobierno nacional. En la provincia también, fijate que ponen la Policía Bonaerense para cuidar a las empresas ante una manifestación de trabajadores. Es más allá de un signo político. La institución policial se ha convertido en los perros de caza del poder. Hay que decir lo que es la Policía, con la que viven del narcotráfico, la prostitucion, el juego clandestino. Es todo un sistema muy complejo. Ellos son la mafia de verdad. Por ejemplo, nosotros como hinchas autoconvocados (que surgió espontáneamente), hay cierta desorganización y para ellos es más fácil generar una imagen de que ahí fueron los quilomberos, entonces nos reprimen. La provocación de ellos es permanente.
L- A mí me atraviesa por todos lados lo que estamos viviendo. Como trabajador de la salud, por los niños y niñas con autismo que son mis pacientes. Yo veo que hay gente que se siente defraudada por anteriores gobiernos, corrupciones, pero más por el lavado de cabeza que intentan desde los medios, las redes sociales y los distintos mecanismos que tiene la derecha mundial. Vienen laburando hace décadas, pero últimamente supieron usar muy bien las redes a su beneficio. Yo, además de seguir yendo a las marchas de las Abuelas de Plaza de Mayo, las de educación, canalizo a través del arte, hago rap contestatario, de esa manera trato de expresar lo que nos pasa, lo que le pasa a la gente. En mis letras trato de no usar tantas metáforas, es un rap político, yo le digo “crudo”, o sea “esto es así”. Creo que la gente necesita un mensaje simple. Hice una canción estando preso.
¿Cómo fué que nació esa canción?
– Con los pibes ahí encerrados era difícil, estaba retraído, no tenía para escribir nada, lo hice en mi cabeza y lo terminé en mi casa. Es más o menos un reflejo de la realidad, de lo que vivimos. También me di cuenta de por qué me preocupo por las causas sociales y llegué a la conclusión de que es por cosas que pasé en la infancia, las necesidades. Y es por eso que ahora mi perfil siempre es social. Estudié trabajo social, soy operador social, acompañante terapeútico, hago rap político. Mi segundo nombre es Walter y me enteré hace un par de años de que es porque un amigo de mi papá fue asesinado por la Policía. En mis letras hablo mucho de la represión, de la criminalización, del gatillo fácil. Lo que intento reflejar en mis canciones es concientizar sobre cómo el aparato represivo avasalla derechos en los barrios. Aparte, haber estudiado la licenciatura en Trabajo Social, lo he vivido mucho con mis compas, a mí mismo detenido, cada vez que me paran me quieren descansar en la moto.
Lucas y su arte | Foto familia Eischler
¿Qué debería pasar, en su opinión, para que esto cambie en beneficio de las mayorías?
H- Yo creo que el sistema político actual está totalmente infectado. Para mí el cambio real no pasa únicamente por los votos. Hay un engranaje tan aceptado en un sistema capitalista neoliberal donde te venden una falsa democracia. Veo al peronismo, que se pelean entre ellos, se sacan los ojos y luego van todos juntos a votar. Para mí es supervivencia. Al mismo tiempo creo que a la izquierda le falta fuerza porque sus ideas son buenas, hablo desde afuera y creo que tenemos que buscar objetivos comunes. Yo voy a seguir manifestándome en las calles.
L- Para mí hay una grieta y así como estamos no va a haber salida. Todos buscan lo mismo, no quiero ser tibio pero creo que hay que trabajar en equipo, me parece que se puede trabajar en conjunto de una buena manera, no sé bien cual en verdad porque tampoco es que se tanto sobre conciencia política.
¿Algo que quieran agregar?
L- Agradecer que nos hayan contactado para contar nuestra historia. A mí nunca me llamó nadie, solamente ustedes que están ahí siempre defendiendo al pueblo y nos dieron la oportunidad de contar cómo nos sentimos. Así que muy agradecido con lo que hace La Izquierda Diario y con los chicos de Hip Hop que están ahí siempre y en contacto. No solo por mí, por todo lo que hacen estando en la calle. Yo nunca milité en la izquierda pero todos mis respetos, hay muchas ideas que coincido y agradecerles por el espacio y la voz.
H- Suscribo al agradecimiento de Lucas y la posibilidad de hacer nuestro descargo, nos han acusado de agresión y resistencia a la autoridad. Fue todo muy desagradable y pasamos momentos horribles. Así que más que importante el poder expresarnos. Los tengo a ustedes presentes y siempre los sigo, para mí La Izquierda Diario es un medio que siempre estoy viendo a ver qué sale. ¿Qué les puedo decir? ¡Que viva la revolución!