Como lo hace habitualmente cada semana, aunque muchas veces el éxito no sea inmediato, Netflix presentó el pasado 9 de julio Sol negro (Soleil noir), una miniserie de seis episodios de origen francés que en los últimos días, a un par de semanas de su estreno, aparece entre las más vistas en la plataforma tanto en el país como en la región y varios países del mundo.
Creada por Nils-Antonine Sambuc y dirigida por Marie Jardillier y Édouard Salier, esta producción gala se revela como un thriller familiar ambientado en la belleza engañosa de la Provenza, una se las zonas más imponentes de Francia.
La inquietante historia sigue momentos de la vida de Alba (Ava Baya), una joven madre que huye de un pasado tormentoso y comienza a trabajar como recolectora en una plantación de rosas en la Provenza. Poco después de su llegada al lugar, el jefe de la empresa para la que trabaja es encontrado muerto, y ella se convierte en la principal sospechosa.
El giro más impactante de la trama ocurre cuando Alba descubre que el fallecido era su padre biológico, y ella ha sido designada como su única heredera. De este modo, Alba se ve inmersa en una lucha de poder con una poderosa familia que desea mantener intactos sus privilegios.
En el reparto principal aparece la referida Ava Baya como Alba, la icónica Isabelle Adjani como Béatrice, la matriarca que hará lo imposible por proteger su legado; Thibault de Montalembert que encarna al patriarca fallecido, y completan el elenco el ascendente actor Guillaume Gouix junto a Louise Coldefy, Claire Romain, Simon Ehrlacher y Nicolas Vaude.
Se trata de una trama cautivante donde los secretos familiares y las traiciones se entrelazan con la lucha por la verdad y la supervivencia, a partir de actuaciones muy destacadas, especialmente a partir de la presencia imponente de Isabelle Adjani, uno de los mayores íconos del cine francés desde finales de los años 70 hasta la fecha, en un papel clave, que convierte a la serie en ideal para maratones intensos de fin de semana.