La feroz interna entre Victoria Villarruel y Javier Milei no se detiene y luego del último incidente ocurrido el sábado pasado en la exposición de la Sociedad Rural, en Palermo, se abren conjeturas y especulaciones sobre una relación que ya no tiene retorno y que podría dejar al Gobierno en un panorama incierto.
Desde el entorno de la vicepresidenta insistieron en que no estaban habilitados los ingresos ni habían informado desde la Presidencia acerca del lugar asignado a Villarruel para el acto inaugural de la muestra del campo que fue encabezado por el Presidente.
Lo cierto es que las tensiones aumentaron la semana pasada cuando las autoridades de la Rural cedieron a Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, la organización del palco oficial. Frente a esta situación, Villarruel decidió no ir al predio de Palermo días antes del acto inaugural en un intento por apaciguar la crisis en la cabeza del Gobierno.
Sin embargo, de acuerdo a la versión del entorno de Villarruel, desde la Casa Rosada no sólo no precisaron el lugar que ocuparía la vicepresidenta sino que, además, dejaron afuera a unas 10 personas que formaban parte de su comitiva.
Lilia Lemoine, diputada y cercana a Milei, no dudó en salir a cruzar a la vice. «Con su comportamiento, Villarruel dejó en claro que no siente ningún respeto por el Presidente, hizo un pedido incoherente y como no se le concedió procedió a un berrinche«, aseguró.
Según precisaron a Clarín, la vicepresidenta había pedido 10 lugares «innominados» para el palco donde iba a estar el Presidente. «Además de su seguridad personal, que ya estaba contemplada, pidió 10 lugares para que se siente gente que Presidencia no podía saber quiénes eran hasta que se sienten», puntualizaron desde la Casa Rosada.
«No se la excluyó del evento, ella se bajó», insistieron desde el entorno presidencial mientras que a medida que se profundiza la crisis se conocen más detalles del origen del enfrentamiento entre Milei y su compañera de fórmula.
El origen de la crisis entre Milei y Villarruel
Al parecer, el origen del conflicto se retrotrae al cierre de listas de 2023. Según acusan desde el mileísmo puro, Villarruel «extorsionó al Presidente para que cambiara el armado o ella se bajaba de la vicepresidencia».
«Su conducta es cada vez más incoherente y errática. Desde alabar a Isabel Perón hasta sugerir que se cierre la SIDE o que el Presidente deje de viajar para cubrir el gasto de la Ley de Quiebra que ella defiende desde el Senado», contraatacaron desde el entorno presidencial.
Pese a las duras declaraciones de Milei, acusándola de «bruta traidora» y desearle el «destierro», Villarruel mantiene el bajo perfil y evita, por ahora, una contraofensiva abierta. Por ahora se refugia en su despacho de la presidencia y trabaja en su agenda «federal» que ya la llevó a Santa Fe, donde estuvo con el gobernador Maximiliano Pullaro, en el acto por el Día de la Bandera.
Después viajó a Tucumán por el Día de la Independencia, donde si bien no hubo foto con Osvaldo Jaldo, dejó expuesto a Milei quien no viajó a la vigilia organizada por el gobernador debido a la niebla. Para completar, la vice estuvo con los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil, y de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.
Pero mientras Villarruel se concentra en su agenda propia, desde la Casa Rosada mantienen los ataques con munición gruesa y la tarea no sólo está concentrada en el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, o los trolls de Santiago Caputo, el asesor estrella del Gobierno.
También asumen esa función personalidades como José Luis Espert, quien remarcó que Villarruel “ya no forma parte del proyecto”. «Se portó de manera inapropiada y por eso no estuvo en La Rural”, completó.
Otro de los que también salió a cruzar a la vice fue el ministro de Defensa, Luis Petri, quien hace unos días también declaró que Villarruel «no es parte de la gestión desde el primer momento».
Aunque la declaración que llamó más la atención fue la del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, que también opinó sobre la interna libertaria y dijo que la vicepresidenta no está en la toma de decisiones «por una decisión personal de ella», presuntamente por abandonar las ideas marcadas por Milei.
Lo cierto es que la crisis del Gobierno genera preocupación en el Senado porque tanto oficialistas como dialoguistas entienden que tienen una mayoría ajustada y no descartan que el kirchnerismo busque instalar su propia agenda en la Cámara Alta en los meses previos a las elecciones de octubre, en las que La Libertad Avanza apuesta a engordar su presencia en el Congreso.
El interrogante es si la vicepresidenta se mantendrá en su rol institucional y cómo hará para definir una estrategia con la Casa Rosada en medio de los ataques.