InicioEconomíaRuidos en una economía que crea poco empleo y pierde mucho

Ruidos en una economía que crea poco empleo y pierde mucho

Es un comentario muy difundido, entre los especialistas, decir que aun en crecimiento la Argentina tiene una economía que genera poco empleo, cuando lo genera, claro está. Peor todavía, remachan también que algunos, grandes sectores, siguen sin salir de la zona del desempleo en la que llevan años metidos.

De este cuadro hablan muy recientes estadísticas del INDEC, o sea, cifras rigurosamente oficiales y por lo mismo libres de ciertas interpretaciones controvertidas. Para empezar, el repunte del 7,7% que el último EMAE, un indicador económico semejante al PBI, anotó en abril 2025 o los siete registros positivos en cadena que acumula desde octubre 2024.

Este combo es el argumento que el gobierno libertario utiliza cuando repite el pregón de la reactivación económica. Si se prefiere, el dúo repunte económico con desinflación que ya levanta en plan carta ganadora pensando en las elecciones legislativas del 26 de octubre y tras el precedente, bien cercano, de la patinada en el Senado con el aumento a los jubilados y el subsidio a los discapacitados.

Todo bastante alineado, salvo por un detalle que anida en el propio arsenal mileista y que compromete al arsenal mileista. Esto es, los estudios privados que ponen sobre la mesa la pérdida de un centenar largo de empleos privados registrados, en blanco, entre noviembre del 2023 y febrero del 2025, o sea, con los libertarios ya instalados o próximos a instalarse en la Casa Rosada.

Números, siempre números, ahora del Centro de Estudios de la UIA basados en datos de la Secretaría de Trabajo. Incluidos en una serie larga, revelan que entre marzo de 2015 y marzo de 2025 se perdieron 55.771 empleos privados registrados, en blanco. El grueso salió de la industria y la construcción, con un detalle que habla del sesgo de los cambios: mientras todo se achicaba, durante el mismo período el comercio creó 118.755 puestos de trabajo.

Todo bastante precario al fin, tenemos del estudio LCG que contra un aumento de 14.600 empleos registrados en abril el saldo acumulado durante 2025 marca 402.000 puestos de trabajo perdidos. Obviamente, reflejos de una actividad que no termina de tomar vuelo.

De la misma especie o de una especie parecida, siguen un par de comentarios de consultoras con años en este mundo.

De EconViews, sobre el “picante” segundo semestre. El tipo de cambio se está reacomodando en niveles más altos, dice y avanza: la reactivación económica empieza a mostrar señales de fatiga y la desinflación viene encontrando más resistencia.

De la Fundación Capital: ya urge contar con un stock de reservas más fuerte, para levantar restricciones cambiarias que traban el movimiento de sectores productivos clave. La actividad económica mejora, pero aún sigue por debajo del promedio de 2023: un 10,6% la construcción, 3,4% la industria manufacturera y 0,5% el comercio. Entre los tres reúnen el 45% del empleo registrado.

Y hay más para este boletín, como un desajuste de las cuentas externas que deja al descubierto otros, rumorosos desajustes de la economía.

Se trata, claramente, del fuerte contraste entre exportaciones que marchan al 2,6% e importaciones que viajan al 34,3%. Salta aquí el llamado retraso cambiario que el Gobierno negará aún exhausto, aunque en los hechos aparezca en el balance comercial de los primeros cinco meses de 2025 y retumbe en un superávit que se desplomó de US$ 8.862 millones a US$ 1.885 millones de un año al otro.

En el medio, el “comprá, campeón, no te la pierdas” del ministro de Economía, Luis Caputo, y un salto del dólar que desmentía un pronóstico suyo. Gente grande y experimentada que no puede con su genio, ni aun en casos tan sensibles y riesgoso como jugar con el precio de la moneda norteamericana. De paso, el Banco Central paga 36% anual para contener, sin contener, la disparada del verde.

Últimos datos de la economía real: entre el primer trimestre de 2024 y el primero del 2025, el empleo informal trepó al 42%. Esto es, 224.000 trabajadores sin aportes jubilatorios, ni cobertura laboral o de salud ni indemnización por despido.

De 2011 a 2024, o sea en 13 años, el PBI creció un bien modesto 1%. Casi la nada misma, en la variable que entre otras cosas empuja empleo, progreso, calidad de vida, opciones y oportunidades.

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