InicioEconomíaGoogle y Amazon ya no mandan: así compra la gente en 2025

Google y Amazon ya no mandan: así compra la gente en 2025

Durante años, nuestro proceso de compra empezaba casi siempre igual. Era buscar en Google lo siguiente: “Mejor cafetera por menos de X cantidad de plata”, “comparativa auriculares 2024”, “opiniones de tal producto”. Era nuestro manual de instrucciones no oficial para decidir qué comprar.

Pero con el tiempo, esa herramienta se llenó de anuncios, resultados patrocinados y contenidos diseñados más para complacer al algoritmo que para informar al usuario. La confianza empezó a erosionarse, y buscamos alternativas. Primero en las redes sociales, donde los amigos (y los influencers) compartían recomendaciones. Pero eso también se saturó: contenido pagado, promociones disfrazadas y más dudas que certezas.

Y ahora, en 2025, la atención se ha desplazado hacia los asistentes de inteligencia artificial. ChatGPT y otros modelos como Claude o Perplexity nos ofrecen respuestas más rápidas, personalizadas y libres de ruido. No necesitas abrir diez pestañas ni distinguir entre publicidad y opinión real: solo haces la pregunta directamente. Por eso no sorprende que, según el estudio The Search for Smarter Shopping de Lily AI, el 40% de los compradores ya use IA para investigar productos, y un 62% verifique los resultados obtenidos antes de decidir. Incluso los equipos de compras de las empresas se han sumado al cambio, alterando el tráfico web y la lógica del SEO. Sí, amigüitos del No Lo Veas, la página de resultados está muriendo. Y con ella, la forma en que las marcas captaban nuestra atención.

Este cambio no es anecdótico, ni pasajero. Eric Schmidt, ex CEO de Google, advierte que la IA está “infravalorada” y predice que, en apenas dos años, los ordenadores serán capaces de auto-mejorarse sin necesidad de intervención humana. Hoy, ya generan entre el 10% y el 20% del código en los sistemas más avanzados de OpenAI o Anthropic. En paralelo, nuevas generaciones de consumidores y profesionales están adoptando un comportamiento que mezcla eficiencia algorítmica y confianza limitada: sí, usamos IA para decidir, pero también la auditamos. ¿La consecuencia? La autoridad de las marcas ya no se construye en una web, sino en una conversación con una máquina.

Sí, ChatGPT nos ahorra tiempo, clics y algún que otro dolor de cabeza. Pero ojo: si mañana empieza a colar recomendaciones patrocinadas, volveremos al punto de partida. Mientras tanto, aprovechemos la eficacia algorítmica… hasta que la tostadora que compres por recomendación de IA empiece a hablarte en latín y pedir baja laboral.

Por cierto, hablando de decisiones algorítmicas, ¿sabías que Amazon patentó en 2013 un sistema llamado anticipatory shipping? La idea era enviarte productos antes de que los compres, basándose en lo que probablemente ibas a querer. No a tu casa directamente, claro, sino a un centro de distribución cercano, esperando que tú completes la jugada. ¿Lo mejor? En algunos casos, la gente se los quedaba.

Así que cuidado: si un día aparece un paquete en tu puerta con algo que ni sabías que necesitabas, no es magia. Es el algoritmo. O tu cuñado, que sigue teniendo teorías… pero lo más inteligente que ha patentado es el método para comerse ocho croquetas sin dejar pruebas.


Sobre la firma

Pablo Foncillas

Columnista de la sección Economía

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