Quienes conozcan la historia de Frankenstein, uno de los monstruos más famosos de la ficción universal, saben que no es inherentemente malo sino un incomprendido. En esa idea se asienta “Frankenstein, un amigo diferente”, la obra rosarina para toda la familia que lleva siete años presentándose en distintas salas y escuelas de la ciudad, y que en estas vacaciones de invierno llega por primera vez al Teatro Broadway (San Lorenzo 1223). La invitación es el lunes 7 de julio, a las 15, en lo que será una única función en este espacio.
Las entradas se pueden adquirir en boletería o a través de la plataforma TuTicket. Suscriptores de la tarjeta Beneficios La Capital tienen 20 por ciento de descuento y acceso a sorteos exclusivos.
La obra está escrita y dirigida por Simonel Piancatelli, con asistencia de dirección y coautoría de Francisco Alonso. El elenco está formado por Luciano Temperini, Claudia Simón, Mauricio Tejera Ferrúa, Cecilia Li Causi, Marcela Ruiz Alvarez y Felix Alcalá.
Mary Shelley publicó la novela original hace más de dos siglos, en 1818. Allí, el científico Víctor Frankenstein da forma a una criatura con un objetivo noble. El monstruo, tras ser abandonado y rechazado por su creador, emprende un camino de venganza. Desde entonces, la figura perduró en la cultura popular.
Como parte de una larga genealogía de adaptaciones, “Frankenstein, un amigo diferente” tomó forma en 2018, en el marco de la sexta convocatoria del Programa de Comedia Municipal Norberto Campos (la iniciativa que hace más de una década promueve y acompaña la producción escénica local).
“Tenía planes de presentarme con otra obra, quería hacer ‘Alicia en el país de las maravillas’ porque es un universo que me encanta, pero La Comedia justo la había lanzado el año anterior. Entonces, me dije que tenía que empezar por el principio, tenía que volver a mí, pensar en mi infancia y mi adolescencia, en cómo veía de grande esas etapas. Y apareció la imagen de lo diferente. Esa noche soñé con algo monstruoso y, cuando me levanté, supe que tenía que hacer Frankenstein”, contó Simonel en diálogo con La Capital.
“Lo llamé a Francisco y, en cuestión de horas, había relevado todas las adaptaciones, todas las obras. Sabía que quería contar mi propia historia, que quería crear personajes nuevos y que sea para toda la familia. Entonces, si bien está basada en el universo de Mary Shelley, es una adaptación total”, agregó la directora, que además es música, actriz y docente.
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Una obra para hablar de las diferencias
En la propuesta de Simonel y Francisco, que resultó ganadora de la Comedia Municipal, no hay maldad alguna en el monstruo protagonista, no es vengativo sino piadoso, “un ser cargado de bondad que asume su condición no-humana y su aspecto algo aterrador, para construir vínculos genuinos donde la apariencia no es una medida de valor”. De ese modo, el monstruo (y la obra a través suyo) encarna valores como “la ausencia de prejuicios, la aceptación y el reconocimiento de uno mismo”.
Además, hay personajes nuevos como el Asistente Sí y el Asistente No, “el binomio de palabras para que los más chiquitos vean que a veces un sí puede ser un malo y que un no puede ser bueno”, una narradora y Ana Frankenstein, una adolescente con problemas y crisis propias de su edad.
Si bien la historia original habilita lectura sobre la condición humana y la moralidad de la ciencia, lo que retoma “Frankenstein, un amigo diferente” es, tal como su título lo indica, cómo esta narración clásica sirve para hablar del vínculo con las diferencias.
“La idea original de Víctor Frankenstein es crear una criatura no humana para ayudar a la sociedad, pero cuando se encuentra con lo que creó, a él mismo le da miedo. Eso es algo que nuestra obra conserva y pone en jaque quién es el monstruo: si el propio Frankenstein o quienes dejan afuera a Frankenstein”, apuntó Piancatelli.
En ese sentido, Ana Frankenstein cumple un rol fundamental. “Como adolescente, ella lo ve como algo completamente natural. Es distinto pero ella también se siente distinta entonces se genera entre ellos una suerte de hermandad, donde empatizan desde la diferencia”, contó la directora.
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De ese modo, la obra aborda sin solemnidad alguna temáticas complejas y muy vigentes como el bullying o los diferentes tipos de familias. “Por eso también hemos sostenido mucho las funciones para escuelas. De cierta manera viene también a querer derrumbar un poco ese individualismo tan presente hoy. Es una forma de aportar desde lo teatral, y con nuestro arte, a cuestiones importantes y vigentes, como el rol de los padres, las problemáticas adolescentes, el bullying y las nuevas familias”, subrayó Simonel.
Desde su estreno en 2018, y con pandemia de por medio, “Frankenstein, un amigo diferente” ha visitado muchas escuelas de la ciudad y también se ha presentado para público escolar (y no escolar) en el Teatro Vigil. Este último espacio funciona como una suerte de casa para la obra, a la que volverán con dos funciones en el Mes de las Infancias.
Para toda la familia
Otro objetivo de esta propuesta es que sea atractiva y entretenida para toda la familia y no sólo para infancias. En ese punto, Simonel dio en la clave para apelar a los corazones de chicos y grandes: apostar a la fuerza universal de las canciones. “Siempre le pongo mucho el ojo a la parte sonora de mis propuestas teatrales y, en este caso, tiene toda música de los Rolling Stones. Eso es algo que teje un puente generacional con los adultos y, de alguna manera, reaviva el rock para los más chicos. Para nuestra grata sorpresa, nos hemos encontrado que al final de la obra se arman pogos teatrales rockeros infantiles. Salen todos rockeando y cantando las canciones”, adelantó la directora.
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Si bien la función del lunes en el Broadway será el debut del equipo en esta sala, Piancatelli aseguró que los últimos siete años de trabajo autogestivo los prepararon de sobra para el desafío. Con un gran despliegue de escenografía, vestuario, y maquillaje, dan forma a una propuesta de gran calidad y con sello local. Tanto así que es la única producción rosarina que logró estar en la cartelera de vacaciones de invierno de la icónica sala.
“Es una alegría y un orgullo, como teatro independiente, haber llegado con esta obra a un escenario como el del Broadway. Es un desafío muy grande, pero estamos muy contentos de que ocurra. Ojalá el público nos acompañe y nos elija”, cerró Simonel.