¿Cómo se explica el salto de 414.000 vehículos cero kilómetro vendidos en Argentina en 2024 a las 700.000 unidades que no pocos actores de este mercado comenzaron a estimar para este año?
Hay un dato clave que explica por qué hace un año las ventas de vehículos se derrumbaban y hoy en cambio vuelan: cuando asumió Milei, hacían falta 24 sueldos mínimos para comprar un cero kilómetro de gama media. Hoy, con el dólar planchado y con los autos que aumentaron por debajo de la inflación, la cantidad de sueldos bajó a 17, según una estimación que hizo el consultor y ex ministro de Producción Dante Sica.
“La venta de 0km podría alcanzar las 700.000 unidades durante 2025, exhibiendo así una fuerte suba del 69,2% respecto de los totales del año pasado y una performance que no se veía desde 2018, cuando las ventas alcanzaron los 905.000 autos”, señaló un informe de Abeceb, la consultora que lidera Sica.
Agregó el informe que el mercado automotor argentino viene experimentando este año un gran crecimiento de la mano de varios factores, entre los que se destacan:
- La eliminación de trabas al comercio y el abaratamiento de los precios de los vehículos importados, lo cual llevó a aumentar el share de vehículos importados durante los primeros 5 meses de 2025 hasta el 57% (+14 puntos porcentuales respecto del mismo período de 2024).
- El aumento del financiamiento hasta el 48% de las ventas, lo cual facilita la adquisición de vehículos nuevos.
- La mejora del poder adquisitivo por el aumento de los salarios en dólares y la moderación de los precios de los vehículos, que crecieron menos que la inflación promedio de la economía”.
La llegada de nuevos modelos importados y su impacto en las concesionarias
La apertura importadora pobló los salones de las concesionarias con más y nuevos modelos provenientes de Brasil y también de países de extrazona. Esa mayor oferta se tradujo en que casi 60% de los patentamientos ya corresponden a vehículos importados, contra una participación inferior a 40% en diciembre de 2023.
“Buena parte de las ventas en lo que va del año se explica en este segmento, de compradores que habían adquirido pick ups en los últimos años y ahora están encarando el recambio con las nuevas SUV’s”, señaló días atrás Ernesto Cavicchioli, importador de la marca coreana Hyundai. Este empresario incluso arriesgó que las ventas de este año podrían superar las 700.000 unidades.
Por el momento, pese a esa mayor oferta en las concesionarias, las ventas siguen lideradas por los mismos modelos que monopolizaron el podio de los últimos cuatro años: el Peugeot 208, el Fiat Cronos y la Toyota Hilux. El reporte de patentamientos de mayo de la Asociación de Concesionarios Automotores (ACARA) arroja que en los primeros cinco meses del año el modelo más vendido es Peugeot 208 (16.184 unidades), seguido por el Fiat Cronos (15.565) y la Toyota Hilux (14.895). Otros tres modelos de fabricación local locales (Ford Ranger y los Volkswagen Amarok y Taos) se ubican entre los 10 más vendidos.
En cambio los dos modelos más baratos del mercado, el Fiat Mobi (20,3 millones de pesos en junio) y los Renault Kwid ($19,6 millones) rankean más allá del puesto 15.
Más crédito prendario
La mayor oferta de créditos prendarios es otra de las palancas para el incremento de las ventas. Los ofrecen los bancos y también las propias automotrices. En el inicio de junio, marcas como Renault, Chevrolet y todas las de Stellantis (Fiat, Peugeot, Citroën, DS, Jeep y RAM) están ofreciendo financiación a tasa cero, que en algunos modelos cubre hasta 80% del precio, en plazos promedio de 18 meses.
En las concesionarias volvieron además las ofertas. Ya no es la “guerra de precios” que caracterizó el período 2016-2018 (donde hubo rebajas de hasta 25% sobre los precios de lista) pero en algunas marcas ya existen bonificaciones acumuladas entre la marca y el concesionario que pueden llegar al 8%.
El combo se completa con un paquete de medidas desde el Gobierno para bajar la carga impositiva de los vehículos. La primera señal fue la eliminación del impuesto PAIS a fin de año, que fue acompañada por una rebaja de precios del 2% en los precios de lista de diciembre de la automotriz Toyota.
En enero siguió con la eliminación de la primera escala de los impuestos internos y la rebaja a la mitad de la segunda escala. Con esa medida, bajaron sus precios de lista decenas de modelos que a comienzos de año rondaban entre 45 y 70 millones de pesos y de esa manera volvieron a “estar en el mercado”, con el consecuente incremento de la oferta en los salones de las concesionarias (la rebaja no incluyó a las pick ups, que nunca fueron alcanzadas por los impuestos internos).
Hubo otras medidas de bajas de impuestos y también de eliminación de burocracia, como la simplificación de trámites para la importación de autopartes para la producción de vehículos y la eliminación de la exigencia de una percepción a cuenta del IVA (que en las terminales denominaban «doble IVA»), que representaba un importante costo financiero.
Sin embargo, no hubo un efecto deflacionario, más bien un ajuste de precios de los cero kilómetro por debajo del Indice de Precios Minorista.
Según un reporte privado que circuló entre las propias automotrices, entre enero y marzo el IPC del Indec acumuló 8,6% y el precio de los cero kilómetro tuvo un incremento promedio de 3,2% (0,3% en enero, 1,8% en febrero y 1,1% en marzo).
En Abeceb midieron la misma tendencia, pero en un período más amplio: entre abril de 2024 y abril de este año la inflación acumulada fue de 47,3%, en tanto el precio promedio de los cero kilómetro aumentó 14,9%, menos de la tercera parte.
“Aun así (los precios de los vehículos)siguen siendo elevados frente a Brasil (+10% en promedio) y otros mercados de la región”, acotó un informe de la consultora.
Esa resistencia hacia una baja más profunda es el eje del vínculo complejo y a la vez todavía colaborativo que mantienen las terminales automotrices y el Gobierno.
El ministro de Economía, Luis Caputo, presionó a las terminales para que no suban los precios. A comienzos de mayo, frente a un rumor de que una de las automotrices (Stellantis) se disponía a aplicar una suba superior al 3%, Caputo advirtió que usaría «herramientas» para «defender los derechos de los consumidores».
Hasta el momento esa presión está generando resultados a favor del Gobierno, ya que pese a la devaluación del 8% del peso tras la salida del cepo y una inflación acumulada de 6% entre marzo y abril, las subas acumuladas de las automotrices en los últimos dos meses rondan entre 2% y 3,3%.
Según señaló esta semana el titular de Stellantis Argentina y de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA), Martín Zuppi, la única forma de conseguir bajas de precios efectivas pasa por seguir bajando impuestos.
“Días atrás, los integrantes de Adefa mantuvimos una reunión muy positiva con el ministro de Economía, donde se habló mucho de estos temas y de seguir trabajando para quitarle trabas a la industria, a las exportaciones y al mercado automotor en general. No se habló del tema precios, pero todos estamos de acuerdo en que los precios se van a volver más competitivos en la medida en que se reduzca la carga impositiva y se mejoren las perspectivas de la industria para exportar», dijo Zuppi durante la presentación de un nuevo modelo de la marca DS, en declaraciones que reprodujo el sitio especializado Motor1.
Esa resistencia a la baja de precios quedó patentada en el reciente anuncio del empresario Manuel Antelo, ex dueño de Renault Argentina durante siete años (a través de Ciadea) y actual importador de las marcas Mitsubishi de Japón y Great Wall, Haval y Changan de China.
Antelo licitó para importar autos electrificados sin aranceles, y obtuvo del Gobierno la autorización para traer hasta 4.000 unidades a un precio FOB de 16.000 dólares.
Días atrás el empresario hizo la presentación de los tres modelos que comenzará a importar bajo esa modalidad: arancel cero y precio FOB de 16.000 dólares. Aun así, el precio al público no bajará de 29.900 dólares. Una muestra casi matemática de lo que hoy representa el “costo argentino”.