InicioPolítica"Quedarán desafectados": el Gobierno nacional endurece su amenaza a residentes del Garrahan

«Quedarán desafectados»: el Gobierno nacional endurece su amenaza a residentes del Garrahan

La tensión en el Hospital Garrahan escaló otro peldaño este viernes, luego de que el Gobierno nacional decidiera endurecer su respuesta frente a la protesta de residentes por mejoras salariales. Tras una extensa reunión sin acuerdo y la ratificación del paro por parte de los médicos en formación, el Ministerio de Salud advirtió que se descontarán los días de huelga, que quienes acumulen cinco faltas serán directamente echados, y que podría evaluarse la no aprobación de sus residencias.

Los residentes, por su parte, desoyeron el pedido oficial para suspender por 48 horas las medidas de fuerza y volver a la mesa de diálogo. «Seguiremos firmes», dijeron durante un acto frente al hospital. Según señalaron, la decisión responde a «la falta de propuestas concretas» y a «la experiencia con acuerdos incumplidos», recordando que en 2023 el entonces ministro Mario Russo firmó un aumento que fue anulado horas después.

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La amenaza: descuentos, despidos y desaprobación

Poco después de la manifestación, el Ministerio de Salud comunicó que si el conflicto continúa, no solo se aplicarán descuentos salariales, sino que quienes superen cinco ausencias «quedarán automáticamente desafectados, como sucede con cualquier empleado público». Además, deslizaron que podrían no aprobarse las residencias de quienes mantengan su adhesión a la protesta.

«Los residentes son profesionales en formación, y este gobierno quiere profesionales formados para potenciar al país», sostuvieron desde la administración libertaria. Sin embargo, hasta el momento, no presentaron ninguna propuesta concreta de recomposición salarial. Apenas reconocieron que se está «trabajando en opciones» para equiparar los ingresos del Garrahan con los de CABA, pero sin fechas ni montos.

Reuniones cada 15 días y promesas sin sustento

En paralelo, el Ministerio volvió a insistir con la creación de una mesa de diálogo periódica, que ahora proponen realizar cada 15 días. También prometieron que «todo ahorro que se genere de la eficiencia del hospital» se destinará al personal sanitario. No obstante, añadieron que parte de esos fondos también se dirigirán a la ampliación de camas, justificando que el Garrahan es un «centro de referencia regional» y debe ser potenciado.

Las definiciones se conocieron poco después de que Javier Milei relativizara públicamente la protesta, al calificar el conflicto como parte del problema de los «ñoquis» en el sistema de salud. En una entrevista por streaming en Neura, el Presidente dijo: «¿Usted está de acuerdo con que haya ñoquis que le filtre los recursos a gente que no trabaja? Empleados administrativos dibujados por el kirchnerismo».

Sin respuestas sobre los salarios

La reacción oficial generó fuerte malestar entre los trabajadores del hospital. Alejandro Lipcovich, secretario general de ATE en el Garrahan, cuestionó las declaraciones presidenciales y defendió el rol del personal asistencial. «El 70% de los trabajadores cumple tareas esenciales. No solo hay médicos: también enfermeros, bioquímicos, farmacéuticos y técnicos. Incluso quienes están en esterilización son indispensables», remarcó.

El Ministerio de Salud está actualmente bajo la conducción de Mario Lugones, cercano a Santiago Caputo, aunque la interlocución con los medios quedó en manos de la viceministra Cecilia Loccisano. Lugones solo apareció recientemente en fotos junto a Robert Kennedy Jr. durante su visita a Casa Rosada. Mientras tanto, desde la cartera evitan pronunciarse públicamente sobre las condiciones laborales de los residentes.

La amenaza de despidos y desaprobación académica llega en un momento donde la protesta médica se amplía y pone en cuestión la precariedad estructural del sistema. Aunque desde el Gobierno insisten en que «el médico no es el enemigo», omiten mencionar los sueldos por debajo de la línea de pobreza y las jornadas extenuantes que enfrentan los residentes. Hasta ahora, el mensaje oficial se resume en una fórmula conocida: castigo sin solución.

DCQ CP

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