El presidente Javier Milei volvió a elogiar a la clase capitalista que evade impuestos y fuga capitales, en una entrevista televisiva este lunes por la mañana. El gobierno viene anunciando que pondrá en marcha un nuevo esquema de blanqueo fiscal para quienes tienen dólares y bienes sin declarar, pero aún no lo lanza. En la entrevista, Milei, planteó que «el que pudo zafar (de los impuestos), genial» y cuestionó a los contribuyentes calificando «ofensivo» dicho término.
«Quizás no tuvieron el talento o las agallas para salir del sistema» sostuvo, en referencia a quienes cumplen con sus obligaciones fiscales, y que no piensa premiarlos ni compensarlos. “Si todos hubieran logrado hacer lo mismo, quizás los políticos hubieran dejado de robarnos», remató.
El libertario reafirmó que «los impuestos son un robo» y defendió la idea de que los evasores «no hicieron nada malo». Según argumentó, los argentinos que guardaron dólares fuera del sistema solo intentaron escapar del impuesto inflacionario y de las «garras del Estado».
Poniendo todo en un mismo plano, el presidente oculta que los principales evasores fiscales son los ricos y grandes empresarios, mientras la mayor parte de la recaudación del Estado recae sobre las familias trabajadoras y clases populares con impuestos regresivos al consumo como el IVA y el impuesto a las ganancias que mal recae sobre los asalariados («impuesto al salario»).
De acuerdo a un informe del Banco Central, entre enero de 2016 y octubre de 2019 la formación de activos externos conocido como “fuga de capitales” alcanzó los U$S 86.200 millones. Del listado de los 100 mayores fugadores de esa tanda la atención se la llevaron los más conocidos. Las primeras cinco empresas de la lista son: Telefónica, Pampa Energía, Wester Union, American Express, General Motors. También aparecen otras firmas como Grupo Clarín, Techint, Arcor, Aceitera General Deheza. Asi también, empresarios como la familia Eskenazi, Gerardo, Daniel y Adrian Wherthein, Mauricio Filiberti, entre otros.
Una fuga que fue facilitada por los grandes bancos, en particular extranjeros. Así fue en cada episodio de especulación y fuga, como en el año 2001, en donde una investigación demostró que los bancos privados dieron curso al 80 % de la fuga: las principales entidades privadas involucradas fueron Citibank, Bank Boston, Banco Galicia, Banco General de Negocios y BBVA. El HSBC aparece en 4040 cuentas investigadas por evasión y fuga de capitales.
El año pasado, el gobierno de Milei impulsó un blanqueo histórico que permitió a los fugadores declarar sus patrimonios y dólares «en negro» en forma casi gratuita y con muy pocas condiciones. Lo más escandaloso es que habilitaba el lavado de dinero del narcotráfico, porque no establece que se defina el origen de los activos: no importa si se obtuvieron por negocios legales o ilegales.
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Como puede deducirse de los datos del Ministerio de Economía, en el año 2024, el régimen de regularización de activos aportó sólo el 0,3% de la recaudación tributaria. En tanto que el impuesto a los bienes personales (el único que grava la riqueza) apenas aportó el 1,7%. Por su parte, el IVA que recae sobre los sectores de menores ingresos significó el 33% en tanto que el impuesto a las ganancias el 20%.
La misma lógica del blanqueo de 2024 seguiría el nuevo esquema que anunciará el gobierno. Así, sin brindar detalles técnicos, Milei explicó este lunes que la clave del nuevo mecanismo es que «nadie pregunte de dónde vienen los dólares». “A mí no me importa en lo más mínimo. Lo económico se resuelve con economía, lo penal en la Justicia”, dijo. Y aclaró que no le preocupa que esos fondos puedan provenir de delitos: «Al narcotráfico lo combatimos con Seguridad y Defensa, no con economía». Estiman que el stock de dólares fuera del sistema ronda los U$S 200.000 millones.
El anuncio, previsto para el jueves pasado, debió ser postergado por el Ejecutivo. Aunque inicialmente se argumentó que era para evitar suspicacias electorales por los comicios en CABA, Milei reconoció que la verdadera razón fue que aún quedaban aspectos legales por resolver.
“La idea es que con esas divisas puedas comprar lo que quieras y que nadie te pida explicaciones», había asegurado semanas atrás el ministro Luis Caputo, con el apoyo de la titular del FMI, Kristalina Georgieva. La legislación vigente presupone que la existencia de dinero no declarado encierra evasión de impuestos. Por lo tanto, de no tener que dar explicaciones sobre el origen de los dólares, se daría en los hechos un nuevo blanqueo y así, un nuevo premio a los fugadores.
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Por el contrario, la nacionalización del sistema bancario y el monopolio del comerio exterior en manos de los trabajadores, son medidas fundamentales para cortar con el saqueo y la sangría de divisas, que generan desequilibrios, inflación y ajuste sobre las mayorías sociales. La nacionalización del sistema bancario en una banca nacional única permitiría, además, cuidar el ahorro nacional y, en particular, el de las y los pequeños ahorristas, siempre bajo el peligro de ser expropiados por los gobiernos de turno (Plan Bonex, Corralito), concentrar los recursos nacionales en inversiones fundamentales y garantizar el acceso al crédito barato para la población trabajadora y los pequeños comerciantes, hoy ahogados en deudas.
Así también, mediante la nacionalización del comercio exterior en un Estado dirigido por la clase trabajadora, permitiría poner fin al oligopolio privado del comercio exterior que ejercen unos pocos actores del agronegocio y frenar las maniobras (legales e ilegales) con las que esas grandes empresas fugan divisas. Además, esta medida permitiría definir según las necesidades estratégicas de la producción y las necesidades sociales, qué se exporta y a qué compras se destinan las divisas internacionales obtenidas de estas operaciones, impidiendo que grandes empresas especulen a costa del hambre del pueblo.
De conjunto se pueden utilizar todos los recursos que hoy se saquean con la deuda y la fuga para un plan de desarrollo llevado adelante mediante la planificación democrática desde abajo.