En la Argentina de la era Milei conviven dos disímiles realidades laborales: por un lado, casi 7 de cada 10 profesionales estaría disponible para irse del empleo por otro mejor y, por otro, en el último año, cerraron más de 2.300 empresas y se perdieron más de 126.000 puestos de trabajo registrados, en sectores como la industria, la construcción y la minería.
Puertas adentro de las fábricas y oficinas sobrevivientes, sin embargo, se empezó a gestar una transformación en la organización del trabajo, que va más allá de un recambio generacional.
La psicóloga del trabajo de la nueva era y Ceo de @trabajar mejor, Analía Tarasiewicz, lo define como un tránsito desde el “burnout al bienestar laboral”.
El síndrome de burnout lo padecen quienes están quemados del trabajo y conspira precisamente contra la calidad en el desempeño.
Una mejora en la productividad no entendida como reducción de salarios para «abaratar costos» (según el antiguo concepto capitalista de acumulación) ; sino como mejora por la incorporación de tecnología, repercute en “la prosperidad compartida de la mano de más y mejores empleos”.
El puente a la era digital
El informe Future of Jobs 2025 del World Economic Forum atribuye el nuevo clima interno a que la mitad de los trabajadores deberá reentrenarse en los próximos cinco años para los roles que depararán la automatización y la inteligencia artificial.
Pero también, según detectó la consultora de reclutamiento especializada en mandos medios, directivos y ejecutivos, Michael Page, en esta etapa 6 de cada 10 profesionales se plantean renunciar a su empleo actual por una propuesta con mejor salario o paquete de beneficios.
E inclusive, un 68% estaría dispuesto a aceptar una oferta con un ingreso inferior al actual si incluye un plan claro de crecimiento profesional, según las respuestas de talentos en pymes y grandes empresas encuestados para el Estudio de Tendencias y la Guía Salarial Argentina 2025.
“Un escenario macroeconómico más contenido propicia un aumento de la rotación de profesionales. En este contexto, las estrategias de compensación, el desarrollo de carrera, la flexibilidad, y los beneficios adicionales se presentan como pilares fundamentales para atraerlos y fidelizarlos”, asegura Miguel Carugati, managing director Argentina & Uruguay de PageGroup.
Hacia una nueva productividad
Tarasiewicz detalla ensayos que se vienen llevando a cabo en algunas empresas, como pruebas de semanas laborales de cuatro días. Otras, licencias extendidas o pausas planificadas.
Y señala que entre las nuevas generaciones empieza a cobrar fuerza un concepto que nació en 2007 con The 4-Hour Workweek de Timothy Ferriss: los minirretiros.
La propuesta es simple, pero revolucionaria: distribuir descansos profundos a lo largo de la vida laboral, en lugar de esperar 40 años para tener “tiempo libre”.
Son microjubilaciones que pueden durar semanas o meses, con fines personales, creativos, formativos o simplemente vitales.
“No se trata de vacaciones de lujo, sino de validar el derecho a frenar. De reconocer que el tiempo humano no es solo un recurso a exprimir”, pone de relieve.
Es que durante años se confundió productividad con sobreexigencia.
“Se aplaudía al que respondía mails a las 23:00, al que no se tomaba vacaciones, al que vivía ´apagando fuegos´. Las nuevas generaciones —y cada vez más profesionales de todas las edades— están empezando a cuestionar esa lógica”, rememora.
“No es que no quieran trabajar. Lo que no quieren es quemarse por sistema. Y tienen razón: no se innova desde el agotamiento, ni se construye cultura desde el piloto automático”, evoca.
En consecuencia, no extraña que actualmente, el 45% de los profesionales se encuentra en búsqueda activa de nuevas oportunidades de trabajo y un 31% se mantiene abierto a recibir ofertas laborales atractivas, de acuerdo con el relevamiento de Michael Page.
Esta situación del mercado laboral actual favorece especialmente la movilidad y ofrece una oportunidad clave para las organizaciones que buscan atraer y fidelizar talento.
Oportunidades de crecimiento
La diferencia la marcan, entonces, aquellas organizaciones que priorizan los planes de carreras y las oportunidades de crecimiento profesional, teniendo en cuenta que un 54% de los colaboradores encuestados renunciaría por falta de oportunidades de desarrollo en su empresa. Y 1 de cada 3 cree que no tiene posibilidades de crecer en su trabajo actual.
Aún en los tiempos actuales, el 75% se muestra motivado con la posibilidad de construir una carrera a largo plazo dentro de una misma empresa.
Por otra parte, el 87% de los profesionales está dispuesto a cambiar de industria si cuenta con capacitación o cursos específicos para facilitar la transición.
Y el 62% está dispuesto a reubicarse en otro país. Entre ellos, el 41% prioriza la búsqueda de mejores condiciones de compensación, como salario, bonificaciones y beneficios adicionales.
Además de los salarios y beneficios, la flexibilidad se muestra como otro de los “no negociables” para los profesionales argentinos a la hora de aceptar una oferta laboral.
La modalidad híbrida es la opción favorita, con un 77% de preferencia por la posibilidad de lograr un mayor equilibrio vida-trabajo, un ahorro de tiempo y dinero en traslados, y libertad para trabajar desde cualquier lugar.
Esta tendencia se alinea con las políticas de las empresas, ya que el 67% ofrece esquemas híbridos.